A las 3.40 del sábado 29 de julio de 2011 sonó el teléfono de su casa. “Están trayendo el cuerpo que encontraron en San Lorenzo”, le avisaron a la médica Ana María Vega. La miembro del Cuerpo Médico Forense de Salta se vistió y se fue a la morgue. Cuando los bomberos llegaron, descubrió que en realidad eran dos los cadáveres sobre los que debía practicar la autopsia. Se trataba de Cassandre Bouvier y Houria Moumni, las turistas francesas que habían sido halladas la tarde del día anterior en el “Mirador” de la Quebrada.

Vega llegó esa madrugada a una conclusión polémica, que introdujo la hipótesis de que a las francesas las habrían mantenido cautivas durante varios días. En la autopsia, la profesional consignó que la fecha de muerte se extendía, cuanto mucho, a 108 horas antes de que las encontraran. Es decir, cuatro o cinco días.

Sin embargo, estudios posteriores contradijeron las conclusiones de Vega, y el entonces juez de Instrucción Martín Pérez afianzó la hipótesis de que las turistas habían sido atacadas el 15 de julio de 2011, el día en el que ingresaron al paseo de la Quebrada de San Lorenzo.

Ayer, la médica forense declaró en el juicio oral que se sigue en contra de Gustavo Lasi, Santos Vera, Daniel Vilte Laxi (los tres acusados por los abusos sexuales y los homicidios), Darío Ramos y Eduardo Sandoval (estos dos últimos, imputados por encubrimiento agravado).

Las heridas

El primer cuerpo al que se le realizó la autopsia fue el de Cassandre Bouvier. La francesa tenía un disparo en la frente, que le realizaron a no más de 70 centímetros de distancia. Fue el que le produjo la muerte. Pero también tenía numerosos moretones, rasguños y lastimaduras en el resto del cuerpo, además de lesiones en la zona genital compatibles con la hipótesis de que hayan sido producidas por relaciones sexuales forzadas. Todas las heridas fueron realizadas antes de que Cassandre muriera.

Houria Moumni, en tanto, tenía un roce de proyectil en el antebrazo izquierdo (le habrían disparado pero no llegaron a pegarle), varias marcas de golpes y rasguños, y lesiones en la zona genital. La semana pasada, el genetista Daniel Corach había declarado que en la zona anal de Moumni encontró células epiteliales (restos de piel) de Santos Vera. “Puede haber habido un intento de penetración anal sin dejar lesiones”, explicó la médica.

La muerte de Moumni no fue instantánea. La bala homicida ingresó por su espalda y salió por el pecho, perforándole un pulmón. La médica forense cree que esta víctima estuvo agonizando unos 45 minutos, hasta que sus pulmones se llenaron de sangre y dejó de respirar. Al igual que en el caso de Bouvier, todas las lesiones fueron producidas cuando estaba con vida.

De color verde

La médica forense explicó ayer que determinó la probable fecha de muerte de las turistas en 72 horas antes del hallazgo, las que podrían extenderse a entre 24 y 36 horas más. Para llegar a esa conclusión, tuvo en cuenta una mancha verde en el abdomen de las víctimas, hacia la derecha. “Es la zona del intestino que tiene la mayor cantidad de bacterias, donde comienza la putrefacción del cuerpo”, comentó Vega.

Esa mancha, con el paso de los días, se va extendiendo al resto del cuerpo. No es lo que observaba en los cadáveres. Además, los órganos internos estaban intactos. “Por la extensión de la mancha, tenían no más de siete días de muerte. Pero hay que ver los factores externos, como el clima”, aclaró la especialista.

Fue sobre este punto en el que el juez Bernardo Ruiz se interesó. Sucede que los estudios de los entomólogos (analizaron la fauna cadavérica) y de los especialistas del INTA (estudiaron las condiciones climáticas del suelo y de la zona), arrojaron que las francesas murieron unos 14 días antes de que se las hallara.

Ayer también declararon el ex secretario de Seguridad de Salta, Aldo Rogelio Saravia, los testigos que participaron del allanamiento en el que se encontró una de las presuntas armas homicidas (Sergio Quipildor e Irma Alicia Dastrés), el vecino de San Lorenzo Ignacio Frías García Pinto y el ex empleado del hostal “Del Cerro”, Marcelo Guaymas.